El Día de Muertos a través de los Grandes Maestros del Arte Popular

En México, cada otoño los vivos invitan a sus difuntos a que regresen al hogar y, por unas horas –humanos y espíritus– recuerden juntos momentos que hayan vivido; ello a través de la comida, juguetes, fotografías, flores, etc. La fiesta del Día de Muertos es un efecto del encuentro entre dos mundos, donde el mundo de los vivos convive en armonía con el de los muertos, y de esta manera los vivos logran conciliar los diversos sentimientos que la muerte puede llegar a causar en ellos, según sea el caso. Cada cultura tiene una forma diferente de aceptar la perdida de la vida para poder sobrevivir. En México, esta celebración ha sido la causa y el origen de una enorme variedad de expresiones culturales que devienen de un conglomerado de prácticas ceremoniales que incluyen a la tradición precolombina y a la tradición católica.

 

Mauricio Hernández Colmenero
Esqueleto Vendedor de pan
, 1997
Guanajuato, Guanajuato, México
Col. Fomento Cultural Banamex, A. C.
Fotografía: Arturo González de Alba

 

Las diferentes representaciones en torno a los muertos han resultado en una arquitectura simbólica y ritual que se expresa en una alta variedad de obras plásticas, objetos artesanales y muestras del arte efímero que se producen en las diferentes regiones mexicanas. La fiesta del Día de Muertos se ha convertido en una referencia constante en campos artísticos tan heterogéneos como la lírica y la danza, la artesanía y la narrativa popular.

 

Carlomagno Pedro Martínez
Torito III, 1995
San Bartolo Coyotepec, Oaxaca, México
Col. Fomento Cultural Banamex, A. C.
Fotografía: Edgar Espinoza Ulloa

 

Dentro del arte popular, la representación de la muerte se ha vuelto un sello que predomina en las fechas cercanas a la festividad del Día de Muertos. Las calaveras, como motivo plástico, se han convertido en representantes de la dualidad del vivo y el muerto. Muchas son las obras –de barro, madera, dulce, etc.– que muestran una figura calaveresca con detalles de acciones humanas o simplemente con complementos humanos como ropa o bicicletas. De igual manera, las calaveras suelen materializarse en todo su esplendor fantástico; existen obras como las del Gran Maestro Roberto Ruíz, originario del Estado de México, que muestran la festividad de un baile entre la famosa catrina y el diablo.

 

Roberto Ruíz
La muerte, 1997
Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, México
Col. Fomento Cultural Banamex, A. C.
Fotografía: Arturo González de Alba

 

Los Grandes Maestros del Arte Popular han expresado que varias son sus inspiraciones, sin embargo, el peso que conlleva ideológicamente el Día de Muertos en México, y los elementos que lo rodean, ha sido una de sus motivaciones más importantes para la creación de algunas de sus piezas. Muchos de ellos centran su talento en la creación de juguetes o piezas “divertidas” que simbolicen la dualidad entre el mundo de los muertos y el de los vivos.

Los esqueletos han tomado un lugar importante entre los objetos que más se realizan; estos se representan normalmente ejecutando tareas que los vivos acostumbran realizar –una mecanógrafa con su máquina de escribir, una señora moliendo el nixtamal en su metate, una señora haciendo tortillas, vendedores de diferentes artículos, novios apunto de desposarse, etc.–. Los Grandes Maestros Felipe y Leonardo Linares, originarios de la Ciudad de México, son famosos por sus creaciones fantásticas que muestran figuras de planos alternos a la realidad. Algunas de estas son esqueletos que realizan en alambre y papel moldeado.

 

Felipe Linares Mendoza
Ponciano, el judero, 1998
Ciudad de México, Distrito Federal, México
Col. Fomento Cultural Banamex, A. C.
Fotografía: Rafael Doniz Lechón

 

También, dentro del arte popular, existen esqueletos que se representan dentro de sus ataúdes y pueden verse si se abre la caja. De igual manera, existe la tradición de las calaveras de azúcar, las cuales hay en diferentes tamaños y variedades; decoradas con muchas flores o sombreros del mismo material. El Gran Maestro Wenceslao Rivas Contreras fabrica calaveras y figuras de animales, cajones de muerto, calaveras, botas, canastas, etc., con la técnica del azúcar.

 

Wenceslao Rivas Contreras
Calavera de azúcar, 1998
Toluca, Estado de México, México
Col. Fomento Cultural Banamex, A. C.
Fotografía: Arturo González de Alba

 

Todas estas piezas de esqueletos y calaveras, que no pueden llamarse exclusivas de la festividad del Día de Muertos, pero sí representativas del mismo, dan cuenta de la inagotable creatividad de los Grandes Maestros del Arte Popular, tanto para los objetos tradicionales como para los decorativos; asegurando que la tradición mexicana de las representaciones de la muerte, más allá de olvidarse, encuentra cada día nuevas y valiosas expresiones plásticas.

 

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Fuentes:
Beimler, Rosalind Rosoff. Los días de muertos. San Francisco, CA: Collins Publishers, 1991.

Westheim, Paul & Ruth D. Lechuga. «Día de Muertos II. Risa y Calavera.» Artes de México (Trascontinental Reproducciones Fotomecánicas, S. A. de C. V. ), nº 67 (2003): 30-50.